Aquietarse antes de usar? Si, pero cómo? Es fácil decirlo pero no tan fácil hacerlo...
¿Cómo aquietarnos, cuando a nuestro alrededor, vemos que casi todo está permanentemente en movimiento?
Con este propósito, en este espacio decidí compartir con ustedes, algunos textos cortos que por lo menos a mí me han servido. Si no funciona, no se desespere, pruebe en otro momento...







sábado, 6 de noviembre de 2010

Hacia adentro



"Huyendo del ruido de la gran ciudad, aquel hombre se instaló en un bosque. Y le fue bien hasta que se hartó del maullido de su gata. La regaló a unos amigos. Pronto empezó a molestarle también el sonido de las ramas de los árboles. Los podó. Y el viento sur en las ventanas. Las cegó. Con el aislamiento del tejado logró evitar el repiqueteo de la lluvia en las planchas de zinc. Pero de noche aún lograba percibir el ulular apagado del bosque, los tenues crujidos de las paredes y las raudas carreras de las arañas. Por eso tomó una determinación drástica: calentó un crochet al rojo y se perforó los tímpanos. El silencio fue perfecto durante algunas semanas. Más tarde comenzó a oír las voces."

PABLO GONZ

lunes, 18 de octubre de 2010

La compasión en la vida cotidiana


"Prestar atención a nuestros semejantes no es precisamente  fácil. Tendemos a estar tan inseguros de nuestro propio valor, y en consecuencia, tan necesitados de afirmación, que resulta muy difícil que no solicitemos atención hacia nosotros, refiriéndonos a nuestras experiencias, contando nuestros relatos o llevando el tema de conversación hacia nuestro propio terreno... En cambio, prestar atención a los demás con el deseo de hacer de ellos el centro y convertir sus intereses en los nuestros, es una verdadera forma de vaciarse uno mismo; porque para poder recibir a los demás en nuestro espacio interior, hemos de estar vacíos. Por eso es tan difícil escuchar. Significa desalojarnos a nosotros mismos del centro de atención e invitar a los demás a ocupar ese lugar. Por experiencia, sabemos lo curativa que puede resultar una invitación así... De a poco los miedos se descongelan, las tensiones se disuelven, las ansiedades se retiran, y descubrimos que llevamos en nosotros algo en lo que podemos confiar y ofrecer como un regalo a los demás." 

Fragmento del libro "La compasión en la vida cotidiana"
de H. Nouwen.  

martes, 12 de octubre de 2010

Del sufrimiento a la paz



"Si tu vecino te desagrada, lo transformas en un enemigo. Pero el problema no está en él, sino en tí. Y cuanto más lo resistas, más lo sentirás como un enemigo. Si no te gusta este día triste y oscuro, este día es tu enemigo. Si te molesta la tos de quien está a tu lado, la voz de tu vecino, la manera de caminar de aquel, la mirada del otro, este ruido, aquella temperatura, esta actitud, aquella reacción..., tu alma acabará convirtiéndose en una ciudadela rodeada de enemigos por todas partes."

"La obsesión, si se la dejara, dejaría también de apretar, con lo que se esfumaría la angustia. Lo que se reprime y se trata de evitar, contraataca y domina. La represión aumenta, pues, el poder de la obsesión. si se la dejara, iría perdiendo su fuerza.y virulencia. Así, pues, dejarla consiste en que ocurra aquello que se teme."

Fragmentos del libro "Del sufrimiento a la paz"
de Ignacio Larrañaga.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Expiación o reparación

 

"Cuando alguien cometió algo contra otra persona y después lo expía ¿qué hace en realidad? Comete algo contra si mismo. Y esto ¿en qué le ayuda al otro? ¿Le aporta algo? ¿Para qué la expiación? Solamente lo hacemos para nosotros mismos, para que uno mismo se pueda sentir bien de nuevo. Es decir, es absolutamente egocéntrica la expiación. Donde uno intenta reparar, tiene que mirar a los ojos del otro. Y luego hacer algo por el otro, de manera que el otro pueda encontrarse de nuevo mejor y así él mismo se encontrará también mejor. La expiación no aporta nada a nadie. Cuando alguien expía no está mirando a los ojos del otro. En nuestra sociedad existe la necesidad de que los delincuentes expíen. Y eso es importante en la sociedad. Una sociedad únicamente puede existir si las infracciones contra esta sociedad también son castigadas. Si se expían. Y algunos, cuando acaban de expiar, piensan que ahora todo se acabó. Pero incluso cuando una persona ha pasado diez años en prisión, por algo que cometió contra otra persona, pero no se encuentra con esa persona y no le mira a los ojos y no se da una compensación entre ellos dos, lo bueno no se logra. En Viena alguien me contó, alguien que se ocupa de delincuentes jóvenes que los acompaña a encontrarse con aquellos a quienes dañaron. Por ejemplo: Un chico que le ha robado un bolso a una señora mayor, en el que llevaba todos sus ahorros. Este hombre acompaña al chico delincuente a encontrarse con esta señora y la tiene que mirar, tiene que ver lo pobre que es esa mujer y después decirle: -Lo siento-. Después le pregunta a la mujer qué puede hacer por ella. Entonces la mujer le dice por ejemplo: -Me tienes que ayudar a arreglar mi jardín-. Así el chico se pone a trabajar y quizás pasa cuatro semanas arreglando el jardín. ¿Eso es expiación? No, no es expiación, pero es una reparación. Y al cabo de esas cuatro semanas esa señora mayor quiere a ese chico. Y él ha cambiado. Ahí se nota la diferencia."
"Se puede ver que aquellos que pretenden que los crímenes sean expiados, en su alma son asesinos. El efecto es exactamente el mismo que en el caso de los asesinos. De modo que se vuelven similares a los perpetradores, pero de una manera en que no se sienten culpables, y eso es lo peligroso en todo esto. Quien ha cometido un crimen, sabe que es culpable, pero aquellos que al final los atrapan y lo castigan se sienten inocentes. Quisiera explicarlo mediante un ejemplo de la Biblia.... Jesús venía del monte de los Olivos. Fue al Templo y le trajeron a una mujer que habían encontrado en pleno adulterio. La pusieron en el medio y le dijeron: -Señor, la acaban de encontrar cometiendo adulterio. La ley dice que hay que apedrearla. ¿Tú qué dices?-. Aquí quedó claro que había dos tipos de pecadores: la mujer, la adúltera, y a su alrededor aquellos que se consideraban justos; pero en sus almas ¿qué eran?. Asesinos. Fueron peores pecadores que la adúltera. Y eso se puede ver en todas las personas indignadas, que se indignan por algo. En su corazón quisieran destruir al otro. Sin embargo, piensan que ellos siguen a la justicia."
"Una vez me contaron una historia sobre un maestro Zen que siempre era muy suave al que un día una persona le dijo: -Interiormente tienes mucha violencia-. Y él respondió: -Es así, pero no la uso-."
"La rabia se desarrolla muchas veces cuando uno no quiere mirar algo propio. Un terapeuta muy famoso dijo alguna vez la siguiente frase: -¿Qué te habré hecho, para estar tan enfadado contigo?-."
"Uno se convierte en aquello que combate."

Fragmento extraído del texto "Imágenes que solucionan"
de Berth Hellinger y Tiiu Bolzmann.

Ilustración de Vladimir Kush

sábado, 14 de agosto de 2010

Sobre la serenidad...



"Hay una senda para librarse de la inquietud, una vía para hallar nuestro espacio de sosiego, para desarrollar el arte de vivir y ser; hay un camino para armonizar la mente y el corazón. Es una senda que pasa, siempre y necesariamente, por uno mismo: nadie la puede recorrer por otro. Es montaraz, sinuosa, sembrada de dificultades..., pero la única que nos puede conducir al encuenro con lo más claro, silente y hermoso que reside en nosotros mismos. En la quietud interior hay una enseñanza reveladora que no está en la cultura, el saber libresco o la erudición. No es una enseñanza que brote del continuo hacer, sino del ser."

Fragmento extraído de "El libro de la serenidad" de Ramiro Calle.

martes, 10 de agosto de 2010

La paz perfecta (cuento sufí)

 

En cierta ocasión, un rey, mediante decreto emanado de su autoridad, decidió otorgar un generoso premio a aquel artista que lograra retratar en una pintura la imagen de la paz perfecta. Numerosos artistas acudieron al concurso real, y de las cien pinturas que se habían presentado, finalmente el rey seleccionó a dos de ellas y de las cuales solo una se haría acreedora del codiciado premio y ostentaría el honor de haber retratado la paz perfecta.

La primera de ellas retrataba a un bello y apacible lago sobre el cual se reflejaban perfectamente la silueta de las montañas cercanas bajo un cielo diáfano y celeste. Los jueces que habían asistido a la elección del soberano creyeron que ésta sería la ganadora.

La segunda pintura retrataba igualmente a algunas montañas pero, a diferencia de la primera, éstas eran escarpadas y sus contornos tortuosos y agudos. El cielo no era diáfano sino que se encontraba densamente cubierto de oscuras nubes de las cuales caía una intensa tempestad en medio de rayos y truenos. Cuando el rey comenzó a escudriñar la pintura, pudo descubrir en un pequeño arbusto la presencia de un nido en el cual un ave se encontraba muy calma empollando su cría sin inquietarse siquiera por la tempestad.

El rey seleccionó a esta pintura y le otorgó a su autor el premio acordado y el alto honor de haber retratado la paz perfecta.

Uno de los jueces, sorprendido por la elección del rey, quiso saber cuál era el fundamento de su decisión ya que, según la opinión común, ningún elemento de aquel cuadro parecía sugerir la imagen de la paz perfecta.

El rey reflexionó de este modo:

"La paz perfecta no depende de las circunstancias exteriores, sino de nuestro corazón que aún, en circunstancias extremas y difíciles es capaz de permanecer sosegado y apacible”.

¿No es ésta acaso la paz perfecta?

lunes, 2 de agosto de 2010

Ocio sanador



"El ocio es una forma de ese callar que es un presupuesto para la percepción de la realidad; sólo oye el que calla, y el que no calla no oye. Ese callar no es un apático silencio ni un mutismo muerto. El ocio es la actitud de la percepción receptiva, de la inmersión intuitiva y contemplativa en el ser. El alivio confortante que nos procura la visión absorta de una rosa que se abre, de un niño que duerme, de un misterio divino, ¿no se asemeja al que conseguimos con un sueño profundo y tranquilo?"

Extracto de "El ocio y la vida intelectual" de Josef Pieper.

domingo, 1 de agosto de 2010

20 formas sanas de responder al insulto (*)



“No existe ofensa hasta que,
el que recibe el improperio, lo valora como tal.”

Hay un sabio principio de la navegación que reza: “No importa cómo soplan los vientos, sino cómo uno ubique las velas. En el mismo mar y con las mismas condiciones climáticas dos barcos a vela pueden dirigirse en direcciones opuestas.” Del mismo modo, lo primordial ante el insulto no es el agravio recibido, sino la forma en que respondemos a él. Y lo podemos hacer de dos grandes modos:

            1) Nos ubicamos como espectadores, nos sentimos víctimas y reaccionamos con violencia. A su vez, siendo espectadores, podemos ser pasivos o activos. En el primer caso, estamos llenos de ira, pero nos sentimos impotentes de reaccionar (las personas que proceden así tienen tendencia a la depresión, al cáncer, a las enfermedades auto inmunes e infecciosas y a la diabetes). En el segundo caso, descargamos nuestra ira y, a la violencia recibida, oponemos más violencia (las personas que proceden así tienen tendencia a las enfermedades cardiovasculares). Como aquel hombre que se autodefinía como pacifista porque odiaba la guerra, sin advertir que así la fomentaba. Ambas variantes constituyen respuestas estereotipadas y fútiles.

            2) Nos ubicamos como protagonistas y asumimos con conciencia la responsabilidad de gobernar la situación que nos toca vivir, abordando la situación desde alguno de los siguientes enfoques:

1. Enfoque desde la ACEPTACIÓN: Aceptar y recibir el hecho del insulto tal cual es, sin por ello estar de acuerdo con su contenido.

2. Enfoque desde la SERENIDAD: Advertir que no tiene sentido perder la razón ante alguien que, al insultarnos, ya demostró haberla perdido.

3. Enfoque desde la COMPRENSIÓN: El que insulta está fuera de sí, enceguecido momentáneamente por su ira y sumergido en problemas que no ha podido resolver. O bien se siente víctima de alguna injusticia, o bien conoce su falta, pero usa el ataque como defensa. En el fondo es una persona que sufre y se siente desvalido o impotente por lo que, en el fondo, está necesitado de ayuda y contención afectiva. De este modo, permanecemos serenos e íntegros, al no dejarnos arrastrar por la ira del otro y, a la vez, tendemos una mano solidaria hacia el que la necesita.

4. Enfoque desde la PRUDENCIA: Advertimos que, lo que aparentemente es un ataque nuestra integridad y nos podría herir (como el insulto), se diluye y desvanece en lo que realmente es: una opinión adversa sobre lo que aparentamos ser, y no necesariamente sobre lo que somos.

5. Enfoque desde la PAZ: Si permanecemos serenos ante el insulto, con nuestra actitud, disolvemos al instante cualquier agravio o calumnia.

6. Enfoque desde la CARIDAD: Si puedo amar y estar en paz cuando me ofenden no solo me beneficio sino que también beneficio a los demás. Irradiando calma colaboro y contribuyo a que los otros se pacifiquen.

7. Enfoque desde la CONCIENCIA: Si el que me insulta está expresando una verdad sobre mí, aunque de modo inadecuado, aprovecho la oportunidad de tomar conciencia de ello y así poder superarme. Si el agravio no responde a la verdad, entonces no soy quién el otro cree que soy, en cuyo caso no existe motivo alguno para preocuparme.

8. Enfoque desde la REFLEXIÓN: Permite tomar distancia para examinar el problema con más claridad y evitar caer en un arrebato de ira.

9. Enfoque desde la APELACIÓN: Permite consultar a la conciencia y que ésta sea la guía de nuestra conducta. Es más fácil devolver una trompada que guardar el puño cerrado en el bolsillo, pero sólo de esta forma se podrá inmovilizar al atacante.

10. Enfoque desde el HUMOR: Es un excelente neutralizador del ácido del insulto. Una mujer conduce su automóvil mientras otro conductor la increpa haciendo referencia a su madre. Ella, con calma, baja su ventanilla y le pregunta: ¿Nos conocemos?.

11. Enfoque desde la ESTRATEGIA: La mejor estrategia es la que el adversario no espera. Y cuando alguien insulta espera que el otro reaccione con enojo. Permanecer en calma no sólo nos permite gobernar la situación, sino además desarmar al contrincante y sembrar la semilla de la duda en el campo de sus creencias. 

12. Enfoque desde la JUSTICIA: El que insulta, aunque de mal modo, está efectuando un reclamo. Cabe entonces reconocerle el derecho que le corresponda (el cual no necesariamente puede coincidir con el que exige) o bien, defender el propio.

13. Enfoque desde la TEMPLANZA: Tanto el que insulta como el que se ofende y reacciona han perdido el control sobre sus pasiones.

14. Enfoque desde la TRASCENDENCIA: Permite tomar distancia con la situación, salir de la misma y observarla desde afuera.

15. Enfoque desde la LEY DE TERCIOS: Más allá de lo mal o bien que hagamos las cosas, todos contamos con adherentes, indecisos y opositores, en cantidades iguales. Al tercio a favor hay que nutrirlo, al tercio fluctuante hay que seducirlo y al tercio en contra hay que saber gobernarlo. El tercio en contra es indispensable para nuestro crecimiento (los dos errores más frecuentes son intentar conquistarlo o combatirlo). Cuanto más luchamos contra el tercio en contra más lo fortificamos. Si el que me insulta pertenece a mi tercio en contra no vale la pena hacer nada pues es imposible agradar a todos, así como no es posible que todos me agraden.

16. Enfoque desde la COMPETENCIA: El adversario, al igual que el suelo, no es nuestro enemigo sino nuestro aliado. Ambos, al oponer resistencia, nos dan la posibilidad de afirmarnos y avanzar en el camino.

17. Enfoque desde la HUMILDAD: Desde la humildad no aparentamos más de lo que somos pero somos más de lo que aparentamos. Así, el insulto es la oportunidad para recordar que el otro es más que lo que está mostrando con su arrebato.

18. Enfoque desde la SABIDURÍA: Desde la sabiduría se absorbe el impacto del insulto, como el adulto absorbe el golpe de un bebé. Asimila el agravio y lo transforma, devolviéndolo en una sana convivencia.

19. Enfoque desde la RESPONSABILIDAD: Somos a la vez tan responsables de dejarnos arrastrar por la ira y la furia cuando alguien nos insulta como de dar una respuesta sana, sensata y justa.

20. Enfoque desde la LIBERTAD: Al responder al insulto con violencia salimos de nuestra órbita y perdemos nuestro auto dominio. Soy libre de responder con serenidad siendo constructivo pero soy esclavo de reaccionar con ira siendo destructivo.

(*) Extraído del texto homónimo de Gabriel Jorge Castellá.

sábado, 17 de julio de 2010

Lo aprendido del sol...

"Una de las lecciones que se pueden aprender del Sol es que cuando se refleja en el agua contenida en diferentes vasijas, en charcos sobre la tierra y aún en las pequeñas hendiduras hechas por los cascos de las vacas cuando caminan, el Sol que aparece reflejado en estas diferentes superficies, es simplemente eso, un reflejo y no es el Sol en sí mismo. Además, aunque el reflejo es diferente en cada caso, es el mismo sol el que se ha reflejado en todos ellos. Así también, el Ser que se halla encerrado en diferentes cuerpos, parece ser diferente en cada criatura, pero en realidad es el mismo en todas ellas."

Extracto del "Srimad Bhagavatan" (texto sagrado Hindú)

viernes, 16 de julio de 2010

Lo aprendido del agua...



"Las aguas de un río son siempre puras, llenas de amor por las criaturas, dulces por naturaleza y aptas para dar bienestar a todos los que llegan hasta ellas. El hombre bueno, en este mundo, es igual a las aguas de un río que dan bien a todos. Las aguas de un río hacen ésto con su sola visión, al tocarlas y al oír su murmullo."

Extracto del "Srimad Bhagavatan" (texto sagrado Hindú).

jueves, 15 de julio de 2010

Lo aprendido de la tierra...



"Aún cuando es oprimido por las cosas de este mundo, el hombre que es firme, nunca se aparta del camino recto. El poder de resistir cualquier cosa es lo que la tierra me enseñó."

Extracto del "Srimad Bhagavatam" (texto sagrado Hindú).

miércoles, 14 de julio de 2010

Lo aprendido del viento...



"El ser humano, aunque se halle en medio de los objetos de los sentidos, debe aprender a no esclavizarse a esos objetos. El viento me enseñó esta lección. El viento sopla por todas partes, pero nunca se apega a ninguna de ellas, es decir, corre libre a través del espacio."

Extracto del "Srimad Bhagavatam" (texto sagrado Hindú).

martes, 13 de julio de 2010

Por qué encender una vela?



"Encender una vela es simplemente una forma simbólica, ritualizada, de ofrecer luz en la oscuridad. La vela simboliza la luz interior y la sabiduría luminosa que puede guiar a cada uno de nosotros a través de la oscuridad, de la ignorancia y de la confusión. La llama brillante de una vela constituye un recordatorio externo de una luminosidad y de una claridad internas, la viviente llama espiritual que arde en el interior del templo de nuestro corazón y de nuestra alma."

Extracto de libro "El despertar del buda interior" (Lama Surya Das)

lunes, 12 de julio de 2010

El maestro




"Con los años, los sentidos del maestro se habían enriquecido. Esto sucedía por una razón muy convincente. Los hombres ya no escuchan nada, salvo lo que esperan escuchar, como el teléfono, el ruido de unas monedas, o una voz que aguardan oír con ansiedad. Así, no escuchan el ruido de una flor que cae en el agua, las alas de una mosca, el viento distante, el grito de una gaviota, el canto de un pájaro, el llanto de un bebé, la risa de un niño, la nieve cayendo, y muchas otras cosas más. El maestro, en cambio, no esperaba escuchar nada. Simplemente oía todo, y nada le causaba tensión. Sin duda, sus viejos tímpanos debían estar más atrofiados que los de un hombre de treinta años. Sin embargo, el maestro oía más."

Extracto del libro "¡Kiai! Grito demolidor" (L. Carrigan)

domingo, 11 de julio de 2010

Tus pies...



"A través de tus pies, la tierra viva se comunica contigo y tú te comunicas con ella. Ellos te liberarán, en muchas ocasiones, de tu mente confusa y atiborrada de ideas. Los pies son tu presente vivo. El aquí y ahora. Ese presente que se te escapa, escurridizo como un pez, está en la experiencia de tus pies. Ellos te dicen la verdad, que estás aquí. Su presencia sentida (no imaginada) te recuerda amablemente que no te entretengas más con las torturadoras ideas sobre el pasado ni con preocupaciones sobre el futuro. Gracias a tus pies puedes hacerte más fuerte."

Extracto del libro "Aprendiendo a vivir" (E. Borús)